¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Juanito era un pollito chiquitito
al que no le gustaba ir a la escuela,
¡ni que se lo dijese su abuela!,
¿por qué no podía
estar todo el día
haciendo lo que él quería?.
Madrugar no le gustaba
pero sí que trasnochaba,
ni ir al cole por obligación:
¡qué perdición!.
A él le gustaban las flores,
de mil y un colores,
muy alto volar,
sin hora para regresar
y la naturaleza embelesado observar,
¡eso sí que era estudiar!.
Las letras odiaba,
decía que al leer se mareaba,
no le atraían las sumas ni las restas,
Juanito era el rey de las protestas.
Su hermano mayor Enrico,
«que iba para médico»,
le intentaba explicar
que debía estudiar
si lejos quería llegar.
Pero a Juanito eso le importaba un pito:
si nada sabía, nada perdía,
esto siempre decía.
Sin embargo, Enrico insistía,
y cada día le decía:
«Tienes que aprender,
conocimientos tener.
Si te hablan de Platón,
no decir que es un tostón
y saber que uno más uno son dos
¡y no cuarenta y dos!»
Al final Juanito hizo caso a Enrico:
en Septiembre volvió al cole y cerró el pico.
Se convirtió en un buen estudiante,
para «profe» se formó
y a sus alumnos enseñó,
además de historias importantes
de personajes relevantes,
que los plásticos del bosque hay que recoger
pues fuego pueden prender,
a tirar el vidrio a la papelera
porque si está roto puede herir a cualquiera,
a las bellas flores observar
sin quererlas arrancar,
y a respirar hondo el aire puro,
en vez de óxido y cloruro.
Y es que, Juanito, el inquieto pollito,
nunca dejó de estar agradecido y preocupado
por lo que la Madre Naturaleza,
más allá de su inmensa belleza,
desinteresadamente, nos ha regalado.
