¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Oma, la paloma, no es cualquier paloma;
es una intrépida viajera,
no en vano, es mensajera.
Sus importantes misiones se toma muy en serio
por eso a veces discute con su esposo, Desiderio.
El quiere que sea como las demás esposas
que tenga en orden su casa y sus cosas.
Pero Oma es una aventurera
y no le va lo de ser costurera.
Ella fuera trabajaba,
pero de su casa se ocupaba
y de su familia cuidaba.
Su marido muy preocupado por ella estaba
desde hacía unos días distraída la notaba.
Desi de su trabajo nada sabía
y sus cabalas se hacía
Oma de sus misiones nada explicaba,
pues sus encargos bajo secreto guardaba.
Aquel día de Navidad
Desi descubrió la verdad:
a su esposa siguió
y su misión descubrió:
En casa de un rico famoso Oma estaba
y sus órdenes expectante esperaba:
regalos a casa de los niños debía llevar,
pero de esto nadie se podía enterar;
él no quería que se supiera
y que su donación anónima fuera,
por eso llamó a la “aventurera”
para que el trabajo hiciera.
Por cualquier ventana Oma entraba
y un presente a los niños dejaba,
mientras que a los que mandaban en la ciudad
una ramita de olivo les regalaba esa Navidad:
el símbolo de la paz representaba
y en cada mesita la posaba,
para que el mundo aprendiera a amar
y al prójimo respetar, sin pelear,
cada cual podía tener una opinión
y con su vecino no entrar en discusión.
La noche Oma volando pasó
cansada y muy tarde a su casa llegó;
para no despertar a nadie de puntillas entró
pero Desi una agradable sorpresa le dio:
Despierto la había esperado,
pero no estaba malhumorado
y la cena había preparado.
De su esposa estaba orgulloso
pues reconoció respetuoso
que Oma un trabajo importante hacía
no sólo fuera, sino en casa, cada día.
Entendió el mensaje de amor y bondad
no solamente por ser Navidad,
también para mantenerlo toda la vida
con su esposa, su dulce pareja querida.
Así a Oma se lo comunicó
quien por haberla seguido no se enfadó,
a Desi enamorada se abrazó
y un cálido beso le dio.