Ainhoa y su querido ángel guardián

¿Quieres que te cuente un cuento recuento?

El cuento que os voy a explicar ahora,
le ocurrió hace poco a la pequeña Ainhoa:
trata de la increíble historia que vivió,
aunque la pobre un buen susto se llevó…
Ainhoa es simpática,linda y muy bonita
todos la llaman “la princesita”…
Siempre muy buena y obediente procura ser
pues le dicen que una cosa clara debe tener:
si un bien a alguien le puedes regalar,
un día la vida te lo va a retornar…
Manualidades originales Ainhoa sabe hacer
y sus cositas bien ordenadas le gusta tener;
le encanta con sus muñequitas jugar
y éstas en su casita la invitan a merendar…
con mamá y papá muy bien se lo pasa,
haciendo vídeos caseros “en plan de guasa”,
en los que historias de todo tipo se inventa,
cantando y bailando feliz y contenta.
Con Neus y Oscar le apasiona ir a patinar,
cuando algún domingo la vienen a buscar,
por la pista con ellos se pone a bailar…
nadie diría que son sus alegres abuelos
¡porque parecen dos eternos jovenzuelos!
La Navidad se acercaba, a Ainhoa le entusiasmaba:
su arbolito con cuidado y esmero adornaba,
mientras alegres villancicos cantaba,
un gran belén cada año ponía
que con acierto el salón presidía…
Aunque en estos días también triste estaba,
pues a su buen amigo Paiwo recordaba:
siempre con ella protegiéndola había estado,
pero en el cielo,demasiado pronto lo habían reclamado…
Un día de fiesta en que estaba patinando,
un compañero de clase, Fernando,
por delante se le cruzó y la pequeña al suelo cayó.
Ainhoa no se podía levantar,
sus amigos la tuvieron que ayudar;
todo el cuerpo a la pobre le dolía,
la caída era peor de lo que parecía.
A una ambulancia tuvieron que llamar
pero mucho iba a tardar en llegar:
las calles cortadas estaban
los coches por allí no pasaban,
pues esa tarde los Reyes venían
y las cabalgatas por allí pasarían,
difícil el acceso hasta ella tenían…
desconsolada empezó a llorar:
¿No había nadie que la pudiera ayudar?
Cuando en el hospital despertó
y a toda su familia vió,
no recordaba nada de lo sucedido
tanto dolor le había hecho perder el sentido…
creía que se había dormido
pues un bonito sueño había tenido…
Por su buen amigo Paiwo preguntaba
pero le dijeron que ya sabía que allí no estaba
que desde el cielo por ella velaba.
Sin embargo, ella insistió en que la había ayudado
y que al hospital fué él quien la había llevado;
sus papás a sus amigos preguntaron
cómo tan pronto al hospital llegaron…
éstos nada más sabían que un can al que no conocían,
de repente apareció y en brazos a Ainhoa cogió…
para ellos también era como si un sueño hubiera sido
pues apenas recordaban lo que había sucedido…
Todos a la ventana se asomaron
y al cielo llorosos miraron,
al buen Paiwo recordaron…
Seguro que sus alitas ya se había ganado
y a su princesa Ainhoa había salvado,
para siempre y por siempre la protegería
y su buen ángel de la guarda sería.

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