¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
La yegua más bonita que en el valle había, era sin duda, Sofia;
siempre contenta estaba y muy bien se portaba,
le encantaba ir al parque a jugar
y al salir del cole, ver los dibujos y merendar …
quizás unas ricas y caseras galletitas
que gustosa repartiría con Tita,su mejor amiguita.
Pero últimamente Sofia triste estaba
y esta pena en sus lindos ojitos se reflejaba …
la Navidad ya llegaba y su familia le preguntaba
qué era lo que pedirles a los Reyes deseaba.
Sus papás, la carta a Sus Majestades escribirían
y seguro que lo que les pidiera, le traerían,
pues ser muy buena había prometido
y su promesa fielmente había cumplido …
Pero la pequeña Sofia, un deseo demasiado especial tenía,
tanto, que muy difícil de conseguir sería,
por eso, no creía que su sueño se cumpliría.
Quería con los reyes en la cabalgata desfilar,
y “chuches” y globos a sus amigos poder tirar…
Sin embargo,algo en su ”cole” ocurrió
que una luz de fe y esperanza le dió …
El profe de manualidades, Marcelo, que tocaba el violonchelo,
anunció que un concurso de dibujo iba a organizar,
en el que todos podían participar,
el ganador, una invitación muy especial conseguiría:
¡A los Reyes Magos en su cabalgata acompañaría!
A Sofia, los dibujos muy bien se le daban,
su amiguita Tita y ella, juntas los cuentos pintaban;
pero eran muchas las clases que participaban,
así es que era casi imposible que el milagro pasase
y ella con su dibujo el concurso ganase,
sin embargo, aunque muchas esperanzas no tenía
un poquito de ilusión,nació en la pequeña Sofia …
Cuando Marcelo al ganador anunció
¡Sofia su nombre entre aplausos escuchó!
tan nerviosa estaba que no reaccionaba;
por fin, al improvisado escenario del gimnasio subió
y su ansiado premio entre lágrimas de alegría recogió;
todos la felicitaban,su nombre coreaban …
ella pensaba que esto no estaba pasando
y que estaría de nuevo soñando…
pero sí que era verdad pues los deseos se cumplen en Navidad;
el suyo, aunque parecía imposible, se había cumplido
pues en él con mucha fuerza había creído.
Al salir del cole quiso acercarse al hospital
pues Tita estaba ingresada por un virus estomacal;
demasiado pasto había comido
y el estómago tenía resentido;
a su buena amiga decirle quería
que con sus Majestades en la cabalgata iría.
Tita sabia cuanta ilusión le hacía:
siempre lo comentaban cuando sus galletas merendaban,
que estaban juntas ese día con los Reyes imaginaban.
Contenta y orgullosa Tita a su amiga abrazó
pero sin quererlo, una lagrimita se le escapó;
Sofia qué le pasaba le preguntó
y Tita apenada le contestó:
– Quizás con suerte yo en casa ese día ya estaré
y en la tele de mi habitación desfilar con ellos te veré.
Sofia la consoló y que tuviera fe como ella le aconsejó
pues seguro que en pocos días del hospital saldría
y junto a los Reyes feliz la vería;
toda la tarde con su amiga la pequeña pasó
y hasta sus dibujos preferidos se perdió,
ya que sólo con su amiga quería estar
y pronto con ella poder jugar;
cuando llegó a casa, Sofia, de su amiga no se podía olvidar
y no sabía de qué manera, pero la tenía que ayudar;
con su papá que era médico habló
y éste en cierta manera la tranquilizó.
Efectivamente, Tita del hospital pronto salió,
un día antes de celebrarse la cabalgata,
ya estaba en casa con su pijama y su bata;
hasta allí Sofia se acercó para poderla abrazar,
como paje de los reyes actuar y su primer presente entregar
porque a su querida amiga su invitación le vino a regalar,
para que en la cabalgata fuera ella quien ocupara su lugar …
Tita en el concurso no había participado
pero seguro que hubiera sido ella quien lo hubiera ganado:
Marcelo siempre la felicitaba por los dibujos que realizaba,
además, un año muy malo a la pobre le había tocado pasar
y seguro que los Reyes, como eran magos, se lo harían olvidar;
ella ahora más lo necesitaba,
y con gusto Sofia su invitación le regalaba.
Como mucho le insistió, Tita la aceptó
y a su bondadosa amiga se abrazó;
pero cuando Marcelo de este generoso gesto se enteró,
profundamente se conmovió y su buen acto recompensó:
Otra invitación para la dulce y noble yegua consiguió
y de este modo, ese mágico día,con inmensa y alegría
las dos amigas su gran deseo pudieron cumplir
y juntas, como siempre,un sueño compartir;
esa noche agotadas y emocionadas tempranito fueron a dormir
para no ver a los Reyes con sus regalos venir …
Sus presentes al día siguiente las esperaban en la sala de estar,
aunque el haber estado con los Reyes, nada podría superar.