¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Bolita era un gatito precioso donde los hubiera,
lo podía ver cualquiera,
un minino maravilloso,
bueno y dulce cual peluche «molloso»,
sin embargo, sufría todo tipo de discriminaciones
pues sus vecinos creían en las supersticiones.
Todos sabían y así se lo decían
que las brujas en la antigüedad
para hacer cualquier maldad
con los gatos negros hacían amistad.
Por eso, miedo y manía le tenían
cuando de lejos lo veían
o con él se metían, o de él huían.
Bolita en su vida había visto una bruja
ni a una buena ni a una granuja.
Un día, por debajo de un andamio pasó,
un bote de pintura blanca encima le cayó
y en un gato blanquito se convirtió.
A partir de ese momento todo cambió:
ahora todos le hablaban,
los pequeños con él jugaban
pero de repente, una tormenta cayó
que a bolita la pintura limpió
y de nuevo, en un negro gato se transformó.
Todos perplejos se quedaron
y aún peor lo trataron:
de ellos se había burlado,
¡los había engañado!
La tortura volvía a empezar,
no había forma de encajar…
Pelusa, el hijo de doña Susa,
jugando con un ovillo estaba,
su bocata de atún merendaba
y distraído caminaba.
Un coche que por allí pasaba,
ni siquiera se percató
de que a pelusa el ovillo se le escapó
y para poderlo recuperar
cruzó la carretera sin mirar…
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