La momia Mía y el bulldog fantasma que tenía asma

¿Quieres que te cuente un cuento recuento?

La momia Mía y el bulldog fantasma
que tenía asma
La momificada perrita Mía,
problemas con sus vendas tenía,
siempre malhumorada decía,
que la embalsamaron y vendaron
de cualquier manera
y ahora, el problema era
que con las vendas que le sobraban
sus patas se tropezaban
y cuando a alguien intentaba atemorizar
siempre se le conseguía escapar.
Buena pareja con Fant hacía,
el bulldog fantasma que asma padecía,
un «uhhhh» tan raro le salía
cuando a alguien iba a asustar
que a nadie lograba espantar.
Un anuncio en el periódico vieron
y al castillo «las sombras» fueron,
allí, según el mensaje explicaba,
vivía un mago que todo solucionaba.
La puerta entreabierta estaba,
un piano se escuchaba,
sonaba desafinado,
los amigos entraron desconfiados.
Tras ellos la puerta se cerró
y un gran estruendo se oyó.
Un mayordomo jorobado,
los vino a recibir,
se les apareció por un costado
y un gesto les hizo: lo debían seguir.
Por la estancia, a cierta distancia,
una espectral sombra se paseaba,
pendiente de todo lo que pasaba.
Subieron por una larga escalera
que habría atemorizado a cualquiera:
unas esculturas de enormes leones,
parecía que realmente los miraban
y que con la mirada los devoraban;
los chirriantes escalones,
destrozados estaban,
casi ni en pie se aguantaban;
telas de araña colgando,
ratas subiendo y bajando…
El mayordomo paró frente a una habitación,
se suponía que era la del mago en cuestión;
una agotada vela su cara iluminaba,
en el resto del cuarto la oscuridad reinaba.
Asiento les hizo tomar
y su deseo le empezaron a explicar.
Les ofreció de un brebaje beber,
no tenían por qué temer,
si así lo hacían, a todos asustarían;
si además con un donativo contribuían,
su familia y él, eternamente se lo agradecerían
porque a restaurar la casa les ayudarían
y si querían más brebaje poder beber,
alguna botella les podía vender.
Los dos amigos obedecieron
y la pócima bebieron.
Al mago pagaron lo que convinieron
y a la calle convencidos salieron.
A todo aquél con quién se cruzaban
por fin asustaban
y cuanto más se divertían,
peores se volvían
y un aspecto horrible tenían…

Podéis seguir leyendo este cuento en el libro «Los cuentos de Tap edición Halloween», de venta en Amazon

Deja un comentario