¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Este mosquito nos demuestra que llevar gafas para corregir la visión es lo más acertado.
Quito, el mosquito bonito,
es un poco chulito;
con su vuelo ondulante,
y su zumbido cimbreante,
es el más interesante.
Un día fue a ver a Calista,
su amiga la oculista:
algo patoso estaba,
contra todo chocaba,
esta le dio un gran susto
y Quito se llevó un disgusto:
gafas se tendría que poner
si bien quería volver a ver
pero no lo pensaba hacer,
su bello rostro no taparía,
no importaba si no veía.
Un día, aplastado casi acabó,
pues un matamoscas no vio;
suerte que Lino, su vecino,
del peligro lo avisó;
Quito el mosquito decidió,
que gafas se pondría
y su visión mejoraría,
y cuál su sorpresa sería,
cuando más guapo aún se veía.
