Alemania
¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Gretchen, la comadreja, en Coblenza tranquila vivía
donde una empresa familiar tenía:
la mejor cerveza artesana elaboraba,
y era un trabajo que la entusiasmaba;
cerca del Castillo de Stolzenfels, al sur del río Rin,
compartía el negocio con su amigo Erwin,
era la herencia que sus abuelos le habían dejado,
en la que ella todo su esfuerzo y cariño había depositado.
Gretchen se desvivía porque su cerveza la mejor fuera,
y la que más pura y excelente calidad tuviera:
con buena malta, lúpulo y agua la preparaba,
como la tradición familiar fielmente mandaba.
Pero ese año un tiempo malo para la cosecha hubo,
y mucha venta la empresa no tuvo;
eso no benefició en absoluto a su economía,
para hacer nuevas compras un poco justa iría.
Erwin le recomendó que adquiriera cereales de menor calidad,
sin embargo, para Gretchen, esto sería faltar a su honestidad.
Menos dinero ganaría,
sin embargo, lo prefería
pues su conciencia tranquila estaría:
otro mes mejor tiempo haría
y de este bache se repondría…
Sin embargo, esto no ocurrió porque intensamente llovió
y el coste de la cebada aumentó.
La fábrica tuvo que reducir su producción,
lo cual influyó en dañar una relación:
Erwin insistió en la calidad del cereal rebajar,
de esta manera más barato comprar,
pero sin el precio de la cerveza bajar.
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