Vico, el lindo pajarico (lectura especial peques)

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Un feo pajarito es abandonado por su papá porque se avergüenza de él.

Vico era un lindo pajarillo,
algo presumidillo.
Todo el mundo comentaba
que de maravilla cantaba,
y su precioso plumaje
era la envidia del paraje.
Cuando fue mayor tuvo un hijo
al que de nombre pusieron Quijo
y que nació bastante canijo.
Sus plumas no eran vistosas,
para su padre, espantosas…
y cuando aprendió a cantar
solo atinaba a desafinar.
Su padre lo despreciaba
porque en nada a él se asemejaba,
por eso a la mamá y al bebé abandonó,
del paraje un día se marchó.
Para él esto era una humillación,
podría calificarse de traición:
¿Cómo él siendo tan hermoso
había tenido un hijo tan horroroso?
Un año pasó y Vico a su casa volvió.
No estaba para nada arrepentido,
solo quería presumir de lo vivido.
Cuando al paraje llegó,
un bello canto escuchó que lo emocionó:
él cantaba así de jovencito,
¡cuando se convirtió en todo un mito!.
En la copa del árbol más alto del lugar,
vislumbró un pajarillo espectacular.
Su canto era prodigioso,
su plumaje de lo mas vistoso.
Vico por sus papas le preguntó
porque en su interior algo sospechó…
Pensó en su hijo, el bebe canijo,
pero no podía ser verdad,
¡él era todo fealdad!.
El pajarillo dejó de cantar y dijo sin titubear:
«Mi papá me abandonó,
a mi mamá y a mí nos dejó,
pero nunca lo he necesitado,
mi mamá muy bien me ha criado.
Ella me dice que me parezco a él,
pero yo soy un pájaro fiel.
Yo no me fijo en el exterior
porque la belleza está en el interior.
Mi mamá me ha enseñado algo muy importante:
querer a cualquier semejante,
sea cual sea su belleza o condición,
esa sí que es una buena lección,
más aún si se trata de tu propio hijo,
sea muy hermoso o un poco canijo;
para ti será tu orgullo, tu bien más preciado
porque tú eres el padre que lo ha engendrado».
Vico agachó su cabeza: no tuvo que preguntar nada más,
avergonzado, siguió su camino y no volvió por allí jamás.