Perri y Missi

¿Quieres que te cuente un cuento recuento?

La pequeña Lucía adoptar un perrito quería,
de noche y de día a sus papás se lo pedía
pero ellos siempre se lo negaban
y que entendiera el por qué le rogaban:
tener un animalito requiere una responsabilidad
y debía estar segura de que lo quería de verdad
pues ya sabían que era algo caprichosa
y un peludito es un ser vivo, no cualquier cosa.
Más temprano se tendría que levantar
para sacarlo con su correa a pasear,
el animalito haría en estas salidas sus necesidades,
esa sería una de sus prioridades,
además de socializarse con algún que otro perrito,
para conocerlo y jugar con él un ratito…
aunque lloviendo un día estuviera,
o mucha pereza salir le diera,
el pequeño tendría que bajar a la calle igualmente,
Lucia también debería tener esto presente;
sus vacaciones tendrían que planificar
y un lugar en donde lo admitieran buscar,
pues con él, por desgracia, no en todos los sitios los dejarían estar;
de que no le faltase su comidita estaría cada día pendiente,
así como de prepararle amorosamente una camita caliente;
y al veterinario lo llevaría si enfermito se pusiera
para que una completa y rigurosa revisión le hiciera…
Lucía a sus padres con atención escuchó
y gratamente los sorprendió
porque les pidió que a la perrera municipal la llevasen
y que para ser voluntaria los fines de semana la apuntasen.
Así sus papás lo hicieron y una gran alegría tuvieron:
muy temprano Lucía emocionada se levantaba
y como una más, a todos sus compañeros ayudaba,
a algunos incluso los paseaba
y de darles comida y cuidar su estancia también se ocupaba.
Tan responsable la niña estaba siendo,
que la familia en su negación iba cediendo
y consintieron ser hogar de acogida de un pequeño,
hasta que regresase de un corto viaje su dueño…

Podéis continuar leyendo este cuento en el libro «Los cuentos de Tap y sus increíbles amigos», de venta en Amazon

 

Deja un comentario