La consonante ñ y la vocal e
Había una vez un elefante muy elegante pero muy “refunfuñón”, siempre refunfuñaba a quien tenía delante. Un día fue al mercado a comprar unas ñoras, una especie de especia, es decir, un condimento parecido a las especias que quería utilizar, para dar sabor y color a un rico asado que pretendía preparar. El tendero le ofreció sus mejores productos pero al elegante elefante refunfuñón, que de todo se quejaba, ninguna le convencía y se fue a buscar otra tienda. Sin embargo, en todas las tiendas le pasaba lo mismo: nadie tenía una ñoras como a él le gustaban. Pasó todo el día buscando y refunfuñando de todas las ñoras que le enseñaban, hasta que al caer la tarde, cuando ya cerraban las tiendas, no tuvo más remedio que comprar la ñora más maltrecha a la tendera más desmañada y desaliñada, la que no cuidaba sus productos como debía pero, como ya era la única ñora que en el mercado había, el elegante elefante «refunfuñante» tuvo que conformarse con ella, si quería preparar su especial y apetecible guiso y de esta manera, a la fuerza aprendió a dejar de refunfuñar y protestar y a ser más tolerante.
