Un día de lluvia en la granja (cuento para aprender la consonante ll y la vocal u)

El gallo Pelayo hoy está disgustado porque llueve sin parar y no podrá salir al patio a jugar. De buena mañana su quiquiriquí ha cantado pero los vecinos, perezosos, no se han levantado. Una nube traviesa no deja de llorar, por eso sigue lloviendo, para al gallo Pelayo su juego fastidiar. El gallo Pelayo aburrido está y decide entrar a la cuadra a curiosear. El caballo Vallo le dijo que no le habían puesto su silla de montar, y que seguramente en todo el día, por el valle hoy no iría a pasear. Un pequeño pollito se acercó al gallo Pelayo, era un pollito nuevo en la granja y tenía el color más amarillo que el gallo Pelayo hubiese visto nunca. Este pollito de color amarillo chillón, le aseguró que había oído decir al señor Ulises, el dueño de la granja que seguramente hoy llovería todo el día y quizás aunque ya fuese de noche y hubiesen salido las estrellas y la luna, saldrían al patio un ratito a jugar. Se acercó en ese momento al pollito, al gallo Pelayo y al caballo Vallo, Gina, una coqueta gallina, que había aprovechado que llovía, para liarse unos rulos en las cuatro plumas que tenía, y les comunicó que ella no saldría aunque dejase de llover, pues su estupendo peinado se estropearía. Así es que el gallo Pelayo hablando con ellos un poquito se entretuvo y su aburrimiento y su mal humor enseguida se le pasó.

Deja un comentario