¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
La piedad de una buena perdiz, le salva la vida a ella y a su amigo el camaleón
Érase una vez un camaleón
muy simpático y guapetón,
Ricard se llamaba
y con su dulzura encantaba,
por eso, un poco de manía
sus amigos le tenían,
pues según decían,
al ser tan educado,
y a la vez sofisticado,
el muy listo y pillo,
al mundo «se metía en el bolsillo».
Un día, llenos de envidia,
sus amigos al desierto lo llevaron,
sus ojos taparon
y a su suerte lo abandonaron.
Mas Judith, una lista perdiz
guapa y bondadosa,
que toda la escena vio,
ni corta ni perezosa,
los ojos de Ricard destapó.
De pronto, éste se camufló,
al color de la arena cambió
y encima de Judith se echó
para evitar que fuera el bocado
de un enorme buitre alado,
pero no pudo lograr
a sus «amigos» salvar,
que presa del buitre fueron
y de este modo su castigo tuvieron.
