Dilla, la ardilla que cree que solo gusta a los demás por su físico

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Dilla era una ardilla muy pilla:
como bella se sabía, a ello recurría
para conseguir cuanto quería.
Cada capricho que tenía le consentían
pues por ella todos se derretían.
Aquél que la cortejaba,
en un buen peligro estaba,
y ninguno se libraba
de sufrir su mala baba.
Son largas sus pestañas,
cual patas de araña,
verdes y dulces sus ojos,
los mas enormes y hermosos.
Pero el tiempo pasaba,
y Dilla sola se quedaba,
sus amigas con sus parejas se juntaban,
pero a ella, ni se le acercaban,
los jovencitos de ella no se fiaban,
porque de todos se burlaba.
Tan bella y caprichosa,
¡una inalcanzable diosa!
Como sus compañeras familias ya tenían,
de muy poco tiempo libre disponían,
y con ella casi nunca salían,
¡tanto que juntas se divertían!.
Pero cuando Dilla en plan de diva no iba,
era una verdadera maravilla,
porque entonces no estaba pendiente
de agradar a toda la gente,
aunque eso pocas veces ocurría,
tal vez si de su escudo protector se desprendía…
Dilla era una amiga maravillosa,
de aquellas a las que puedes explicar cualquier cosa,
nunca juzgaba, solo buenos consejos daba
y fielmente los secretos guardaba.
Como un ángel cantaba,
gustosos platos cocinaba;
tenía buena mano para arreglar cosas
y de barro creaba figuras preciosas…
Su mamá que era quien mejor la conocía,
su pequeño gran secreto, ya sabía,
y de este modo le habló un día:
«Dilla, eres bella, hermosa,
también lista y generosa
pero no solo de tus atributos físicos debes presumir,
porque tienes otros por lucir y descubrir.
No tengas miedo de no gustar,
solo bien contigo misma debes estar.»
Dilla se quedó muy sorprendida:
¿Cómo era que su mamá sabia
el secreto que ella tenía?.
Le daba miedo mostrarse tan buena como era,
para evitar que nadie la hiriera.
«Mama tienes razón, – dijo Dilla con convicción-
ser así es mi caparazón,
pero de él me voy a desprender
porque algo muy cierto me has hecho comprender.
Voy a ser diferente, le guste o no le guste a la gente
pero como yo sí que me gustaré, más feliz seré «.

 

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