Beja la abeja en una tienda de “chuches” trabajaba,
cada noche a su panal muy cansada llegaba:
en la tienda mucho vendía
pero ella sola se defendía
pues no tenía una compañera
que ayudarla en algo pudiera.
Su jefe siempre le gritaba y le regañaba
aunque Beja mucho se esforzaba
esto a su jefe no le importaba
y ella temerosa trabajaba.
Tenía miedo de dejar su trabajo
aunque su jefe no fuera majo
pensaba que si esta oportunidad perdía
otra más a su edad ya no tendría …
Cada día más tarde salía
pues él más le exigía:
a sus hijitas apenas veía
a su marido casi ni lo conocía .
Cierto día su hijita pequeña enfermó
y Beja a su jefe permiso pidió:
Debía ir al hospital
su hija estaba fatal.
Su jefe permiso no le dió
incluso con ella se enfadó
pues el trabajo es lo primero
lo sabe el mundo entero
no hay duda de ello.
Beja no compartió esta vez su opinión,
y dando un portazo con su aguijón,
para no entrar en discusión,
de allí se marchó
y hasta el hospital voló
pues nada era más importante
que estar con su hija en ese instante
y justo a tiempo llegó pues su sangre le donó
y la pequeña abejita su vida salvó.
Beja fué una abeja muy valiente
y como era muy competente
un trabajo mejor encontró
donde como se merecía se la valoró.