¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
¿Queréis conocer a Nero, el pantero?
Nero es un precioso gato callejero,
de esto, precisamente, presumía constantemente
pues, que «de vuelta de todo venía» aseguraba firmemente…
de cualquier cosa que le hablasen, Nero entendía,
si una novedad explicaban, él ya la sabía.
Había frases que continuamente repetía:
«yo esto mejor haría»,
«a mi nadie me engañaría»
«yo así me comportaría»…
¡Yo, yo, yo, siempre decía!
A ser humilde no aprendía.
Sus amigos ya lo conocían
y su egocentrismo le consentían.
Su abuela, refranes le explicaba
de los que Nero se burlaba:
que no escupiera para arriba le decía
porque en su misma cara le caería
o que nunca decir debía
«que de este agua no bebería»…
quería hacerle ver de esta manera
que con mucho cuidado anduviera,
pues un error lo comete cualquiera
por muy listo que fuera y todo supiera…
Ocurrió que su amigo Bigo, tuvo una decepción amorosa
pues quería a Fífi por esposa y ¡ella ni pensaba en tal cosa!
Nero el «sabelotodo» a quien ya habían puesto este apodo,
comenzó a decir lo que él hubiera hecho
en caso de sufrir tal descarado despecho;
Aunque le decían que debía verse en una situación
para saber tomar una buena o mala decisión
y que era muy fácil a otros aconsejar
pero difícil saber cómo reaccionar,
Nero se burlaba y a la ligera a Bigo juzgaba
poniéndose de ejemplo, como siempre, así mismo
pecando de insensato e insensible protagonismo.
El tiempo pasó y Nero a una dulce gatita conoció
que con él salió pero al que por otro abandonó.
Tanto que él a otros aconsejaba
ahora sin palabras se quedaba
pues no supo cómo retener
a quien se quería prometer.
Sus amigos tenían toda la razón
y les pidió perdón de corazón:
debía él mismo vivir una experiencia
para realmente hablar con conciencia.
Así es que Nero su propia medicina probó
y muy amarga y triste le pareció
pero gracias a ella aprendió
que nadie es quién para aconsejar
el camino que otro ha de tomar.
