¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Ana, la bonita rana del Guadiana, con sus amigos es maravillosa
pero en su casa, no es nada hacendosa …
Sus papás a las charcas van a trabajar peo ella nunca les viene a ayudar:
¡Se podría ensuciar!
Su pequeño hermano Romario, es todo lo contrario;
lo mismo prepara un banquete en un periquete, que limpia sin manías el retrete.
A Ana le encanta salir y vivir
con sus amigas divertirse
¡De todo reirse!
Un día quiso asistir a una reunión,
le hacía mucha ilusión.
Era un evento tan importante que hasta estaría Renato el cantante.
Todas sus amigas irían, ninguna se lo perdería.
Ana mucho se sorprendió cuando su papá le dijo que no:
Esto no podía estar sucediendo
¡Papá sapo estaría mintiendo!
Pero Napo el sapo iba muy serio
su negación no tenía remedio …
Ana lloraba y suplicaba
rabiosa a todos insultaba.
Nadie la entendía ¡Le tenían manía!
Sin ver a Renato no podría vivir
¿Por qué a Romario si lo dejaban ir?
Papá le dijo que tendría que aprender a obedecer:
que podía estar con sus amigas de guasa
pero ayudar un poco en casa.
No burlarse de papá porque ya se crea mayor de edad
ni hablar mal a mamá porque no “se entera de ná”.
“Con la tuya no te puedes siempre salir» – dijo papá sapo en un arrebato,
si tú prometes cambiar
en casa ayudar y mal no contestar,
oirás cantar a Renato y pasarás un buen rato
pues mi obligación es educarte
e intentar aconsejarte y cuando ya seas mayor, harás lo que creas mejor.
Y a partir de ese día, Ana cambió:
en su casa ayudó,
a sus papás respetó,
a Romario no envidió
y ver a Renato consiguió.