¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Neno, el reno, muy orgulloso de sí mismo estaba
porque cada Navidad a Papa Noel ayudaba.
A todos los niños juguetes llevaba
y esto su vida por completo llenaba.
Si algún nuevo reno en “el grupo del trineo“ quería entrar,
primero con Neno, el gran reno, tenía que hablar:
Pero los candidatos nunca le agradaban:
a su nivel y altura ninguno llegaban.
Así, Neno, en un ser vanidoso se convirtió
y a un nuevo compañero nunca admitió.
Nadie como él a Papa Noel podía ayudar
pues él era el más ágil y veloz del lugar.
A oídos de Papa Noel este mal comportamiento llegó
y muy triste y preocupado con el gran reno habló:
– “Neno tu actitud debe ser ejemplar
si tú eres el reno más rápido y avispado
es porque desde pequeño yo te he ayudado:
En ti creí pues mucha ilusión te vi,
querías a los lugares velozmente llegar
y a todos los niños sus juguetes dar,
pero al resto de tus compañeros necesitas
para poder cumplir nuestras citas.
Tú sólo no lo conseguirías
acabar a tiempo no podrías.
Todos necesitamos ayuda de los demás
nos guste menos o nos guste más.
Contigo no estoy contento:
No es un buen sentimiento mejor que los demás creerte
y el interesante y pedante con los candidatos hacerte.
Otras virtudes ellos tendrán
y quizás nunca las descubrirán
pues no los dejaste demostrar
que como tú, lejos podían llegar.”
Neno se arrepintió y perdón le pidió:
Un enorme grupo de renos formó,
que velozmente del trineo tiró
y esa Nochebuena las ciudades recorrió.
La unión de todos ellos era lo que posible hacía,
que cada niño tuviera un juguete ese precioso día.