¿Quieres que te cuente un cuento recuento?
Azucena, era una bonita turpial de Venezuela;
a algún concurso de baile se quería presentar
pues le gustaba mucho bailar y cantar;
sin embargo, a tomar clases, no se iba a apuntar:
ella era el ave nacional de su Venezuela natal
y sólo esto le debía bastar para un concurso ganar …
¡Su vistoso porte al jurado iba a conquistar!
Amigos tenía que con soltura el joropo bailaban,
otros que por el cumaco se decantaban
y algunos,aunque fuera una danza más cultural,
bailando al ritmo de La Llora no tenían rival;
pero a Azucena, no le hacía falta aprender,
pues cuatro pasos de cada estilo ya sabía hacer …
Así es que descansaba tranquila en el chinchorro de su palafito
mientras sus amigas aprovechaban para practicar cualquier ratito.
Con su precioso sombrero de cogollo pomposa se paseaba
pero nunca, como las demás, un paso de baile ensayaba …
Un amigo dentro del jurado tenía
al que rico papelón siempre le hacía,
para quedar la primera, esto ayudaría.
Y el día del concurso llegó pero su amigo no se presentó:
enfermo con gripe en casa estaba y ¡otro su puesto ocupaba!
Las parejas participantes empezaron a bailar
pero nuestra confiada turpial no sabía ni qué pasos dar,
creía que con moverse sobraba
pero un buen aprendizaje le faltaba …
aunque ella no lo creía, el baile una técnica tenía.
Su pareja guiarla intentaba pero en ridículo quedaba:
Azucena no lo seguía, del sitio no se movía
y cuando lo hacía, “la pata” metía,
de acuerdo no se ponían y al compás no iban …
El concurso perdieron y el blanco de las bromas fueron …
Si en vez de en otros confiar
y su amistad querer aprovechar,
Azucena se hubiera preparado
y clases de baile hubiese tomado,
quizás el concurso habría ganado;
pero un esfuerzo no quiso hacer
y en consecuencia, le tocó perder …
Amigos, si alguna cosa conseguir queremos
de nuestra parte el interés pondremos
pues el deseo obtendremos y orgullosos nos sentiremos.